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Estoy en Baires, de nuevo.. ya hace mas de un mes.
No es lo mismo, (todavia), por lo menos la mirada con que la miro. o la sensación en la piel.
Intento estar en paz, pero la sonrisa  no se dibuja tan fácil aquí. Y no culpo a la ciudad.
Puedo ver como es mi espacio, el rojo del piso, como si saliera de mi cuerpo, quiza subjetivo pero mas objetivo de lo habitual.
Las presiones del no trabajo, la soledad propia y la del no mandato, las redes sociales, el alcohol, la fiesta, pasarla bien, el celular suena o no suena? esperar: el bondi, en la verdulería, para un turno médico.. la histeria masculina, tengo 41...

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