me banco estar triste
me banco estar contenta
me banco un casi naufragio
me banco mi reacción ante un casi naufragio
me banco viajar, no viajar
me banco ser sola
lo banco a Juan, a muerte
me banco la navidad
la ambivalencia de la familia
y sin peros
aveces sin abrazos..
Archive for 2010
No Comments
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hoy es uno de esos días de los que me gustaría tener tele
... para dejar de pensar y escaparme de la realidad.. si, si concientemente,
y que? lo asumo, y no voy a entrar en justificaciones como
" hay gente que ni siquiera lo piensa"
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los paseadores de perros
Jose Arcadio alias el colorado para mi
la casa de mi madre, de Marcos,
Washington 2269 (ex Diana)
Coghlan y Drago estación
las variadas panaderías
la vecina fumando en la puerta
las vias del tren
Triunvirato, los chinos
el CBC
las casas tomadas (ya los están terminando de desalojar)...
son el pan nuestro de cada dia en mi barrio
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muchas veces nos preguntamos que actividad compartir, como cuando era mas niño que leiamos cuentos, jugabamos al jodete y al ping pong, o a las carreras de autos, y ayer al fin JUNTOS! baldeamos el pasillo y la vereda.. Ja!
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Eran cuatro en la casa. Dos chicas y dos chicos. Dos eran pareja. Se juntaron a cenar, charlar, beber, jugar. Una de ellas cuenta: que la otra, al jugar quiso armar una fiesta, fiesta de las de sexo. Que su novio casi acepta. Pero nada sucedió. La otra cuenta, que el soltero quiso llevarsela a su casa, a su cama. Nada sucedió.
Subjetividades.
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Escuchaba los tambores en el angar.
Pensaba en la necesidad de las personas de tener un grupo de pertenencia.
Ya sea por tambores, por viajes, por parapente, por ferrocarriles, por algo que los una.
Por trabajo, por barriletes.
Habrá algun grupo de los que no quieren pertenecer a ninguno?
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Es curioso, salí de casa a caminar con la idea de encontrar a Eric en alguna plaza cercana.
Caminé por Donado, con tanto graffiti y mural me entretuve sacando fotos, viendo lo que nunca habia mirado antes. La identidad talvez.
Cuando llegué a Larralde, a lo lejos se oían tambores. Seguí un poco mas. Pensé, no, son las ganas que tengo nomás, pero continué. Pasé Balbín y ya se escuchaba mejor, definitivamente La chilinga estaba cerca.
Entré al angar de Ruiz Huidobro, sonaban bien, con ganas. Tuve la sensación de que los caminos de una u otra manera me llevan a la música. Agradecida con el destino que me juega buenas pasadas.
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Estoy en Baires, de nuevo.. ya hace mas de un mes.
No es lo mismo, (todavia), por lo menos la mirada con que la miro. o la sensación en la piel.
Intento estar en paz, pero la sonrisa no se dibuja tan fácil aquí. Y no culpo a la ciudad.
Puedo ver como es mi espacio, el rojo del piso, como si saliera de mi cuerpo, quiza subjetivo pero mas objetivo de lo habitual.
Las presiones del no trabajo, la soledad propia y la del no mandato, las redes sociales, el alcohol, la fiesta, pasarla bien, el celular suena o no suena? esperar: el bondi, en la verdulería, para un turno médico.. la histeria masculina, tengo 41...
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Fito dijo que me relaje, que deje fluir, que ya encontraré el espacio, la gente..
cuando voy andando me sale fácil..
y cuando no, será que me vuelvo menos flexible?
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Desde el último post ahora, pasaron un montón de cosas y mas desafíos blancos,
mirando la ciudad de río desde un balcón.
Que impresionante como queda grabado tan fuerte el último lugar.
Pero en estos 6 meses pasó mucho.
Chile y Brasil. Argentina también.
Me pregunto donde estaré el próximo 1ero de mayo.
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Intentando cenar en Sao Chico, pequeño pueblo, puerto, en Brasil. Eran ya las 9 de la noche, solo quedaban abiertos dos bares, lanchonete. Nuevamente a dar vueltas. Ambos con sólo hombres (mas de diez) bebiendo en su interior. Una vez mas con mi mejor sonrisa me decidí a entrar en donde ya había estado por la tarde. Las miradas no lograron intimidar mi hambre. X-salada.
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Me levanté casi sin ganas de enfrentar el portugues nuestro de cada día, estaba triste. Arranqué como a las 12, fui a la biblioteca municipal (estaba al lado del hotel), que además de internet gratis me prestó el libro Teresa Batista cansada de guerra en protugues.
Como mi cuerpo pedía comida y sanguchitos ya no era un opción posible (dos días el mismo menú no me entusiasmaba), salí a la búsqueda del primer lanchonete, dí vueltas y mas vueltas, no me animaba a entrar en ningún lado. Por fin encaré un bar. Con mi mejor sonrisa, pregunté: Eu posso comer? a lo que el mozo respondió: Que? Por suerte apareció un angel que le puso muy buena onda a mi escaso portuñol. Entre idas y vueltas pedí una x-salada (hamburguesa completa). Cuando terminé de deglutirla, acompañada de una coca cola, el ángel en cuestión me regaló una manzana en su envase original (papel violeta). Me hacía tanta falta una fruta, que lo viví como una caricia, como un respiro, una renovada confianza en la humanidad.
Luego, al caminar por la playa, pensaba, si en Baires en un bar de mala muerte un señor panzón y sin dientes (canoso, de ojos claros y pelo largo) me regala una manzana seguramente lo ignore o deje su obsequio en el primer tacho. Hay ocasiones en que los detalles dejan de serlo y pasan a ser grandes cosas.
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Me acompañó al caminar, como pidiendo una foto.
Posaba para mi...
Quien dice que los pájaros no quieren inmortalizarse un poco.
Me gustan los pájaros, y parece que los pajarones tambien.. ja!
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Vuelta de hoja. A numerar las páginas una vez mas, pero con la huella digital. Por ahora un reencuentro pendiente, yo conmigo misma.
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Casi tres días despidiéndonos. Cada día mas intenso. Y pensaba en esto de la inevitabilidad de la separación, une a las personas, conecta. Y la promesa de la unión hasta la muerte, separa.
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El otro día a Tito y a mi, nos siguió un perro por la playa, unos 5 km. Luego de muchas vueltas logramos despistarlo y salir a la ruta donde era peligroso para ella. Era una labradora dorada. Hoy, ya pasaron unos días de esto, pensaba a donde irán los perros perdidos. Son adoptados por otra familia y comienzan una vida nueva?? Y que problema no, las comparaciones se hacen inevitables…
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estoy buscando un lugar donde sentarme a ver el fin del mundo..
lo pienso luego de unas horas de escribirlo, y sé que suena terrible, o melodramático, pero es que se ve por donde voy..
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no creo estar viajando, estoy viviendo,
creo que al completar el formulario en Profesión como Pau comenzaré a escribir: vividora.
Viviente me gusta tambien, podria servir para recepcionistas de hotel, hostel, camping, posada y demases habitáculos pasajeros con cara de cola.
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Hoy, con muy pocas horas de sueño me levanté temprano para salir a la ruta y partir rumbo a Tafí, aclaro que ayer estuve tres horas intentando que alguien me acerque sin éxito. Tuve un buen comienzo, me avanzaron muy pronto unos 20 km, pero una vez allí pasaron 3 hs, y nadie se ofreció a compartir su viaje por un rato, por lo que al primer bus que pasó, me trepé con desesperación. Llegué a Santa María, en Catamarca, estuve pisando la línea divisoria interprovincial todo el rato. Una breve pausa en un barcito del pueblo (que es bastante grande por cierto) a comer el menú del día y derecho a la ruta nuevamente, y fue mas fácil, enseguida me alcanzaron hasta Amaicha del Valle, la noche anterior un canadiense me había lo recomendado. Estaba tan cansada de ruta que iba a pasarlo de largo, pero como siempre el destino sigue indicándome el camino. Que lindo pueblo.
(pasaron 7 días y aun sigo aqui..)
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Mientras esperaba en la ruta que alguien me alcance a Tafí, pasa caminando un flaco. Evidentemente no era del lugar y estaba de viaje como yo, asi que instanteaneamente nos pusimos a charlar, luego de una hora descubrimos que teníamos amigos en común. Euge de cordoba, Ana la plata, carreta de San Pedro. Y entre viñedos y bodegas a plenos sol, el mundo vuelve a parecerme un pañuelo.
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Volvía de la garganta del diablo (Cafayate), muy contenta por el paisaje visto y la buena suerte de regresar tan fácilmente. Caminaba por el pueblo con mi pantalón a cuadros verde y negro, en busca de algo para comer cuando para un auto y me pregunta si trabajo en el circo ambulante. Ja! Fue tan gracioso, que a los minutos estábamos comiendo y tomando una cerveza en algún parador de esos. De ahí a un paseo por unas ruinas, luego al cementerio. Me dejó cerca del mirador como para que caminara un poco. Por la noche, le muestro una foto de él, (dicho sea de paso que lo retraté), al dueño del hostel quien me comenta que este muchacho tiene un par de denuncias de acoso y otras yerbas.
Será que me acostumbré tanto a hacer dedo que subir a un auto ya no me asusta, será un alerta? Quien sabe no?? Quizá al final de cuentas él me tuvo más miedo a mi.
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Creo que si mi padre estuviese vivo, estaría feliz por mi decision de viajar, como lo está mi madre. Ja!! He encontrado un punto de coincidencia entre ellos. :-)
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Hoy luego de desayunar, aprovechando los recursos del Hostel me conecte y oh sorpresa tenía couch, Eugenia me ofrecía su casa. Luego de pensarlo un rato acepté, aún sabiendo que mañana llegan Miguel y Alek y que quiza el encuentro se complique. Me gusta de a poco ir dandome cuenta que aprendo a seguir mi camino, sin dependencias ni ansiedades. Escuchando mis instintos, mis necesidades, mis ganas. Solo yo conmigo y el viaje. Salgo a la ruta y solo me espero a mi. Aun asi, me bajé del auto que me llevaba a Salta, retrocedí unos metros hacia Purmamarca solo para ver a Roser. Quien sabe si nos volvamos a encontrar.
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20 $ de teleférico o 1071 escalones, that is the question. Ver la ciudad de Salta era la idea. La respuesta es obvia no? No alentar a que se siga privatizando la hueva es la idea. No, no fui a los geiser en San Pedro y llegué hasta donde el hacer dedo me lo permitió. Seguro me estoy perdiendo de mucho. No se si soy coherente, but I try it.
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Me gustaría tener un pololo adinerado, sólo para poder solventar a los amantes borrachines, vagos y casi viciosos... ;-)
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Caldera y Pan de Azúcar, aún no he podido escribir sobre ello.. y sin fotos. Tampoco sé si lo haré, pero estuve allí, aun mi piel lo recuerda.
En Chile
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- Los dueños del agua son los mineros (I y II Región)
- El ministro de Educación es del Opus Dei
- Hay terremotos, sunamis, volcanes.. etc.., sólo faltan los tornados.
- Escuchá www.radiobahía.cl (Caldera) los jueves a las 22.oo hs
- En abril cogollos mil
- dijeron: no se precupen por los glaciares, se correrán de lugar (ante la inminente explotación de unas minas por alli)
- Nina me dijo, deberíamos con la plata juntada por el último terremoto comprarnos otro pedazo de tierra y mudarnos todos los chilenos allí.
(iré agregando)
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Llegué a San Pedro por la tarde, con Nicolás, a quien conocí en la ruta haciendo dedo, bajaba yo de un camión en busca de otro que me acerque a Calama. Él insistió en que hiciera una pausa en Antofagasta. Yo alegué que mi ruta ya estaba marcada. Así que se ofreció a sumarse a mi viaje al día siguiente. Acepté. Tenía carpa, buena predisposición y otras yerbas. Llegamos, luego de un par de horas y mucho sol en la ruta. Buscando donde acampar libre, me encontré con Pablo, un orfebre del lugar quien nos permitió acampar en su patio con la promesa de que solo serían dos días. No eramos los únicos en su jardín. Carreta, Judith, Pablo, Angela y su hijo también eran parte. Que increíble el destino que va regando con buena onda mi camino. Fuego mediante, un vinito, aceitunas y queso nos fueron encontrando. Noche de carrete, con Pakos y tinto al piso incluido. Llevo un anillo de cobre en mi meñique, recuerdo del buen momento.
Hoy ya pasaron dos días. Hubo fideos con crema, y mucha charla intensa. Nico retornó a su cotideaneidad, igual que el resto, mudanza de algunos mediante. Me prestaron una carpa y sigo aquí. Durante el día hace muchísimo calor, un solcito que abriga en recompensa de las noches bajo cero.
Camino por el pueblo, igual que por mi viaje. Quizá busque trabajo. Está lleno de gringos y la vida es muy cara por aquí. Muchos lugares que ver, pero a precio de uropeos con euros y yo voy con pesos argentinos.Quiza ni trabaje ni excursione
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LLovió en el Valle, en la noche, despues de un año de sequía, yo alli estaba, sentada, sintiendo su alegría, escuchándola, viendo relampaguear. Lucas pidió su deseo, Luna apágate, es que estaba casi llena.
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Junto con Claudio y Franco viajamos al Valle del Elqui, Italia y Brasil respectivamente, juramos no hablar de futbol y decidimos que lo mejor sería que este año el mundial lo gane Chile.
Nos unió la necesidad de una carpa, supongo que Claudio dueño de la misma la compañía lo entusiasmó, y nos dijo si, a nuestro pedido casi instantaneamente.
En el primer día de recorrido conocimos haciendo dedo a Rodrigo, no sólo nos levantó de la ruta sino que nos invitó a cocinar unas longanizas (casi casi como chorizos), en su casa, nosotros nos miramos y dijimos: "bueno", palabra que repetimos de ahi en mas a cada invitación. En el Molle vivía este profesor y su familia, en una casita preciosa entre los cerros, de las longanizas a los fideos y unos ricos tintos, Exportación Merlot ya es parte de mi vinoteca personal, campeonato de ping pong, visita de amigos, fuego por medio pasamos la noche alli, al otro dia paseo por el rio y despedida con promesa de regreso.
Seguimos hacia Pisco, llegamos de noche, mas de seis autos y un bus nos transportaron, ya en la plaza del pueblo conocimos a los artesanos, nos indicaron donde comer y dormir, pff esa noche hasta tarde charlamos y nos reimos con una pareja que andaba de paso tambien. Asi fue como llegamos a lo de Cintia, nos invitó a su casa, nos abrio sus puertas sin verguenza de compartir su humildad y alli, junto a sus hijos, cocinamos, jugamos, sacamos fotos y recorrimos el lugar, ella nos presentó a Vero quien nos arrastró al cerro, a caminar al borde del precipicio en un terreno pedregozo y resbaladizo, sin embargo, a pesar del miedo alli comprendi cuando Violeta Parra escribió que prefiere ir al cerro antes que a la escuela. de alli a Vicuña, a casa de Paola amiga de Vero, armamos la carpa en un jardin chiquito y piso duro... muchas personas conviviendo pero siempre sonrientes, conocimos asi el cerro de la virgen y el pueblo con luna casi llena, dos noches pasaron para regresar a lo de Rodrigo. Paula, Lucas y Simón son su familia. Alli nos separamos Claudio, Franco y yo. Me quedé allí entre asado y risas tres noches, cuanta magia, dificil partir, pero el día llegó y salí a la ruta por primera vez sola a hacer dedo, me envalentoné y llegué a Copiapó donde me esperaba Nina.
Cuando pienso en este rato de viaje, creo que la consigna fue dejarnos llevar por lo que el lugar nos ofreciera y asi lo hicimos. Gracias, ya saben, a todos los que fueron parte de esto.
Nos unió la necesidad de una carpa, supongo que Claudio dueño de la misma la compañía lo entusiasmó, y nos dijo si, a nuestro pedido casi instantaneamente.
En el primer día de recorrido conocimos haciendo dedo a Rodrigo, no sólo nos levantó de la ruta sino que nos invitó a cocinar unas longanizas (casi casi como chorizos), en su casa, nosotros nos miramos y dijimos: "bueno", palabra que repetimos de ahi en mas a cada invitación. En el Molle vivía este profesor y su familia, en una casita preciosa entre los cerros, de las longanizas a los fideos y unos ricos tintos, Exportación Merlot ya es parte de mi vinoteca personal, campeonato de ping pong, visita de amigos, fuego por medio pasamos la noche alli, al otro dia paseo por el rio y despedida con promesa de regreso.
Seguimos hacia Pisco, llegamos de noche, mas de seis autos y un bus nos transportaron, ya en la plaza del pueblo conocimos a los artesanos, nos indicaron donde comer y dormir, pff esa noche hasta tarde charlamos y nos reimos con una pareja que andaba de paso tambien. Asi fue como llegamos a lo de Cintia, nos invitó a su casa, nos abrio sus puertas sin verguenza de compartir su humildad y alli, junto a sus hijos, cocinamos, jugamos, sacamos fotos y recorrimos el lugar, ella nos presentó a Vero quien nos arrastró al cerro, a caminar al borde del precipicio en un terreno pedregozo y resbaladizo, sin embargo, a pesar del miedo alli comprendi cuando Violeta Parra escribió que prefiere ir al cerro antes que a la escuela. de alli a Vicuña, a casa de Paola amiga de Vero, armamos la carpa en un jardin chiquito y piso duro... muchas personas conviviendo pero siempre sonrientes, conocimos asi el cerro de la virgen y el pueblo con luna casi llena, dos noches pasaron para regresar a lo de Rodrigo. Paula, Lucas y Simón son su familia. Alli nos separamos Claudio, Franco y yo. Me quedé allí entre asado y risas tres noches, cuanta magia, dificil partir, pero el día llegó y salí a la ruta por primera vez sola a hacer dedo, me envalentoné y llegué a Copiapó donde me esperaba Nina.
Cuando pienso en este rato de viaje, creo que la consigna fue dejarnos llevar por lo que el lugar nos ofreciera y asi lo hicimos. Gracias, ya saben, a todos los que fueron parte de esto.
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Felipe pensó que se interpuso entre nosotras. Cuantas subjetividades inesperadas. Cuantas mas habrá? Me vuelvo curiosa.
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Estaba en el banco de al lado leyendo un libro, en ojotas, igual que yo, el viento no lo amedrentaba. De pronto se acercó inesperadamente y sonreí, tambien inesperadamente. Quizá deje un grafitti en este banco. Dicen que el viento en la cara plancha las arrugas.
en Valpo
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Sali a buscar un poco de sol. Por aqui no hay muchas plazas como en Baires. Me senté entre escaleras, en el cerro Concepción. Escucho Aristimuño. Sigo sintiéndome extraña, me mudo a un banco, al lado de una Iglesia, no es que quiera purificarme, sólo que se ven cómodos y les da el solcito. Calle arriba veo el cerro, lo cables que se entrecruzan no tan lejos del suelo. Hacia la izquierda hay una curva en bajada, es la que mas me gusta (hay muchas), en uno de sus perfiles se levanta una pared con ventanas, sin nada que las cubra, parece un gran crucero viejo, agrietado con hilos de agua oxidada. Me gustaría pasar algunos días en cada casa de las que aqui hay, meciendome como Rebeca en sus galerías. Me gustaría dejar mi marca en alguna pared, en algún corazón.
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internandome en el viaje.
desde mendoza a valparaiso,
viviendo distintas vidas
distintas casas
en el palacio al inicio,
durmiendo casi como en un altillo
en una mezcla de nacionalidades, españa, serbia y argentina
de alli a una gran mansion,
casi como podria ser el hogar de los buendia en Macondo
medio hippie,
con todos sus habitantes musicos, actores, actrices
compartiendolo todo, desde los espacios hasta la comida,
desde la risa hasta el canto y los tambores
tan musical que me acarició el alma
luego llegar a pleno centro
y encontrarme con otros freakes como yo
que pasan tiempo con sus computadores
en sus habitaciones
viviendo sus vidas, compartiendo sonrisas, miradas cómplices
pero muy pocas palabras.
en el medio reencuentros de compañeros de viaje
y un grupo de amigos al pasar que
entre cerveza y terremoto (es una bebida)
bailamos en el cerro
Roser es un capitulo aparte, una catalana a la que acompaño un rato en su viaje
recien llego a Valparaiso y que siga rodando.
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hoy puedo ver alrededor
un tobogán sin escalón...
domingo, escuchando Aristimuño
volviendo a mi eje
un saco azul
un vendaval
un corazón
y un plan fugaz
es todo lo que tengo y es todo lo que hay
tomar un tren
dejar pasar
pedirle a dios (creo que el diablo me daría mas pelota)
un poco más
y si, la canción toma significado especialmente hoy....
http://www.youtube.com/watch?v=2-dOuC8C9Dg3 hombres y ninguna mujer
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me había olvidado del sabor de tu bigote en la mejilla
del parpadeo de tus pestañas y la caída de los pantalones en tu cuerpo
me había olvidado de cuanto me gustaría andar la ruta con vos...
Oi Buenos Aires.
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durante el camino recorrido me ha adoptado alguna yenchi
Hernan, Calma y su madre, que cuando llegué a su casa me dio un tacho para que limpie mis pies,
Denisse, Laura, Oliver y su hno, les dije 3 días y me quedé 6 o 7,
German, Jeannete y Matías, me los presentaron diciendo: son de Rosario,
Elporteromiguel@hotmail.com y su novia, con picadita de queso y salamín brindamos en la playa por haber hecho juntos una gran travesía,
Stella y sus dos amores,
Ignacio y Germán, poco tiempo compartido pero bien intenso,
Juan y sus amigos, Leo, Shagui, Agustin y Lucas... la prahina y la sokol lo dicen todo,
Natalia, Nicola y Sergio, desde su casa en Rio Velmelho, escuchando a Kevin escribo estas líneas... y sigue rodando.
Ramiro y Timo tres días de viaje juntos,
Romina, un aire de libertad le agregó a mis días...
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Una trilha de tres horas por el morro, para llegar a una Praia con una lagoinha moito bonita, olas enormes y un mar decidido a no dejarse penetrar, por el camino una pareja de boedo me iluminó con su calor y a pura charla y magia recorrimos el camino, lástima que el recuerdo no quede en imágenes la cámara no quizo prestarme sus favores, sin embargo hoy tranquila en la hamaca del hostel con alegría noto aún que funciona pero por alguna razon quizo hacer una pausa!
