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Estaba en el banco de al lado leyendo un libro, en ojotas, igual que yo, el viento no lo amedrentaba. De pronto se acercó inesperadamente y sonreí, tambien inesperadamente. Quizá deje un grafitti en este banco. Dicen que el viento en la cara plancha las arrugas.

One Response to “ ”

  1. p says:

    ya sabés que al leer esto, estoy sonriendo. y te abrazo, ahora mismo.

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