Estaba en el banco de al lado leyendo un libro, en ojotas, igual que yo, el viento no lo amedrentaba. De pronto se acercó inesperadamente y sonreí, tambien inesperadamente. Quizá deje un grafitti en este banco. Dicen que el viento en la cara plancha las arrugas.
ya sabés que al leer esto, estoy sonriendo. y te abrazo, ahora mismo.