.

Llegué a San Pedro por la tarde, con Nicolás, a quien conocí en la ruta haciendo dedo, bajaba yo de un camión en busca de otro que me acerque a Calama. Él insistió en que hiciera una pausa en Antofagasta. Yo alegué que mi ruta ya estaba marcada. Así que se ofreció a sumarse a mi viaje al día siguiente. Acepté. Tenía carpa, buena predisposición y otras yerbas. Llegamos, luego de un par de horas y mucho sol en la ruta. Buscando donde acampar libre, me encontré con Pablo, un orfebre del lugar quien nos permitió acampar en su patio con la promesa de que solo serían dos días. No eramos los únicos en su jardín. Carreta, Judith, Pablo, Angela y su hijo también eran parte. Que increíble el destino que va regando con buena onda mi camino. Fuego mediante, un vinito, aceitunas y queso nos fueron encontrando. Noche de carrete, con Pakos y tinto al piso incluido. Llevo un anillo de cobre en mi meñique, recuerdo del buen momento.

Hoy ya pasaron dos días. Hubo fideos con crema, y mucha charla intensa. Nico retornó a su cotideaneidad, igual que el resto, mudanza de algunos mediante. Me prestaron una carpa y sigo aquí. Durante el día hace muchísimo calor, un solcito que abriga en recompensa de las noches bajo cero.

Camino por el pueblo, igual que por mi viaje. Quizá busque trabajo. Está lleno de gringos y la vida es muy cara por aquí. Muchos lugares que ver, pero a precio de uropeos con euros y yo voy con pesos argentinos.Quiza ni trabaje ni excursione

One Response to “ ”

  1. p says:

    extrañas coincidencias. estoy en la versión tailandesa de san pedro.
    llueve. no tengo carpa, pero bungalow frente al río. no trabajo (alguito sí, pero para baires), no excursiono. no muero por ello. estoy. flotando en una calma tan necesitada. silencio. no hablo con nadie, escucho la lluvia.
    espero, algo espero, vaya uno a saber qué. pero siento que aún no ha llegado la hora de partir.
    una chilena me hace acordar de vos. le cuento: mi amiga está en chile... te extraño.

Your Reply