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Cada lugar una historia. Por suerte.
A Lagoinha llegue ya de noche, que no es lo mismo que llegar tarde, oscurece a las 6 de la tarde. Pero estaba tan cansada, que compre unos panes y fui a dormir. La idea era solo quedarme dos días, osea esa noche, mas una.. De mañana temprano fui a la playa y me pareció demasiado bonita para salir tan rápido, la cuestión fue que solo tenía 60 reales, y no había cajero.. las posibilidades eran, o pedir descuento en la posada o pasar una noche en la playa, asi que me fui a explorar como seria armar la carpa bien cerquita del mar, donde encontré a Francisco, el me ofreció una casa que tiene para alquilar, dijo que como eran solo dos días no tenía problema, asi que nos dirijimos hacia ella para verla, me encantó. Me dio las llaves y ahí me instalé.  Ese mismo dia cuando retorno de la playa, además de perder las llaves lo encuentro a él que me está esperando. Entramos por atrás, luego de levantar las tejas y trepar al techo.. (sólo él). El asunto es que no paró de tirarme los perros. Lo eché. Pero siempre bien, buena onda. El tema que al otro día, por la noche comienza a repetirse el mismo esquema, hasta que aparece la mujer golpeando la puerta, embarazada, casi por parir, llorando. Tenía muchas ganas de abrazarla, dejar atrás el momento y charlar un rato, tomar unos mates. Nada había acontecido. Su marido quería tener una aventura, será cuestión de disfrazarse de otra. Ja

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